5 ejes esenciales para la regeneración de un suelo
- Pierre-Luc Quaak
- 20 avr. 2023
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1 - Cobertura vegetal permanente a lo largo de las estaciones. Una cubierta vegetal permanente permite capturar el carbono CO2 del aire a través de la planta para devolverlo a nuestros suelos, lo que representa la forma más eficaz de reactivar la actividad del suelo. Esta acción permite un aumento de materia orgánica, siempre que exista una buena actividad microbiana. El suelo desnudo es obviamente incapaz de crear esta fotosíntesis y, por falta de estructura, es muy sensible a la erosión. 2 - Importancia de los microorganismos. La buena actividad microbiana se caracteriza por su cantidad y diversidad. Es el vínculo vital con la planta para atrapar carbono, entre otras cosas. Los hongos micorrícicos son de suma importancia en la protección de estos microorganismos y permiten la transformación y asimilación de elementos minerales y oligoelementos. El buen funcionamiento de un suelo se asimila necesariamente a su estructura, pero para que esté correctamente estructurado tiene que haber vida... 3 - Diversidad vegetal adicional. Todas las plantas tienen características muy diferentes y cada una de ellas es capaz de interactuar con sus congéneres para superar las deficiencias de unas y los excesos de otras en diferentes etapas y enviar información a los microorganismos permitiendo una mayor resiliencia en las plantas de los cultivos. La biodiversidad de la tierra es la imagen de la biodiversidad vegetal, como sucede en un bosque.
4 - Evite los productos químicos tanto como sea posible. Un suelo que funciona correctamente y de forma natural es capaz de relanzar sus ciclos minerales, los hongos pueden aportar gran parte de las necesidades de nitrógeno y fósforo de los cultivos, siendo los 3 primeros ejes mencionados complementarios en este planteamiento. Ninguna cantidad de fertilizante químico puede restaurar un suelo, al contrario observamos a diario la degradación de estos por la sobredosis de NPK en suelos incapaces de asimilar sus minerales inorgánicos en su totalidad, creamos plantas “perezosas” y privadas de su función de simbiosis con microorganismos. El 80% de la masa de vida en la tierra se encuentra bajo tierra, y esto se ve fuertemente impactado por los fertilizantes sintéticos. 5 - Limitación de trabajar el suelo demasiado profundo Un suelo que tiene una buena actividad biológica permanece aireado y no necesita arado. La vida biológica se organiza en estratos horizontales. El hecho de arar y sobre todo en profundidad, destruye su funcionamiento que tardó en crearse y destruye las lombrices imprescindibles para bajar el carbono en profundidad. Un suelo trabajado se oxida y, con la adición de fertilizantes, acelera la erosión y destruye el entorno de los microorganismos y, por lo tanto, la estructura. Dependiendo del cultivo, a menudo es necesario trabajar en la superficie. Tan pronto como empujas un ecosistema para cultivar, es difícil encontrar armonía y equilibrio. Lo que sabemos hoy es que encontrar este equilibrio se facilita mucho al agregar compost vegetal y bioestimulantes del suelo.